Cuidados del pewter

Cuando se trata de mantener nuestras pertenencias de este material en el mejor estado posible, no solo es cuestión de brindarles la limpieza y los cuidados del pewter necesarios, sino de conservar el valor personal, además del significado histórico y cultural. 

 

El primer elemento importante de cuidado 

Uno de los elementos más importantes de los cuidados del pewter es contar con un ambiente que nos provea una atmósfera adecuada para su almacenamiento, ya que de lo contrario este se podría dañar.  

Para evitar que el pewter se dañe, es necesario mantenerlo a una temperatura estable que le permita conservarse fresco, ya que el frío y la humedad pueden llegar a desgastarlo. Esta última representa el riesgo más grande, ya que el agua puede dejarlo marcado si se deja escurriendo.

Las condiciones atmosféricas pueden requerir otras medidas de precaución. 

Se recomienda que todos los objetos elaborados con pewter no sean sometidos a nada más drástico que el lavado suave, con una espuma espesa de agua y jabón ligero, seguido de un secado completo. 

 

Restauración y limpieza 

La restauración y limpieza es otro aspecto fundamental de los cuidados del pewter, como proporcionar las condiciones ambientales adecuadas.  

Las piezas que, una vez pulidas, han perdido su brillo, así como las adquisiciones en un buen estado de conservación, libres de la escala de la enfermedad del pewter o tin pest (así se llama cuando el material se encuentra dañado), deben tratarse de manera diferente a las piezas que requieren una restauración completa.  

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Tratamiento de la enfermedad del pewter 

Aunque se puede hacer mucho para mejorar la apariencia de una pieza con escamas de mallas, la cura verdaderamente satisfactoria de los peores casos es casi imposible.  

Por otro lado, cuando la penetración de la escala es relativamente leve, algunos remedios todavía pueden ser aplicados.   

Si las marcas se ven afectadas por la escala, se debe evitar el sumergimiento en caliente; la parafina derretida se verterá sobre las marcas para protegerlas, mientras la pieza se queda sumergida durante la noche en una habitación caliente.  

Más tarde, la parafina se puede eliminar con agua hirviendo. Las piezas de gran tamaño a menudo emergen del baño de lejía terriblemente picadas, lo que explica por qué a veces se le ha dado mala fama a la solución de lejía.

Si la pieza fuera una verdadera rareza, como un antiguo busto, podría justificarse el rellenado de sus miles de hoyos. Para esto deben tomarse medidas especiales con tal de igualar el color del pewter utilizado para el relleno.  

El pewter exhibe un sorprendente número de tonos no detectables en piezas separadas, pero que son evidentes cuando dos metales se incorporan en un solo artículo. Además, este relleno suele ser caro, y una vez que la pieza está terminada. ya no es del todo “original”. 

 

Embalaje, almacenamiento y otros 

Una pila de platos, especialmente si algunos son ásperos, es una amenaza que podría producir marcas serias. Bastaría la extracción descuidada de un plato de aquella pila para provocar una grave abolladura. Pasa todo el tiempo.  

Debemos mantener extrema precaución al momento de tocar, apilar y retirar cualquier tipo de vajilla para evitar ocasionar daños. Si debemos apilar, coloquemos papeles entre los utensilios de pewter y levantemos las placas superiores en lugar de empujar y tirar.  

Las piezas huecas que no puedan apilarse deberán colocarse por separado en los estantes o envolverse en un montón de papel antes de guardarlas en cajas o barriles. De esta manera estaremos evitando daños fatales. 

Sigue estos cuidados del pewter para mantener tus artículos en buen estado.

Fuente: The Magazine Antiques